AUKERAK SUSPERTZEN: IMPULSANDO LA EDUCACIÓN.
Hoy hablamos con Nagore Arranz, coordinadora del proyecto "Aukerak suspertzen". Un proyecto de apoyo socioeducativo de la Asociación Norai.
¿Cómo contactan las familias con este proyecto?
Las familias contactan con este proyecto principalmente a través del Gobierno Vasco, que juega un papel importante en la coordinación. Específicamente, desde el Gobierno Vasco, a través de la coordinación de Agintzari, nos derivan los casos que la educadora social les notifica para que podamos ponernos en contacto con esas familias y ofrecerles la ayuda o los recursos necesarios. Es un proceso que permite que las familias puedan acceder a nuestro apoyo de manera más organizada y coordinada, asegurando que lleguen a quienes realmente lo necesitan. Además, este sistema facilita una comunicación fluida y efectiva entre las instituciones y las familias, garantizando que el proceso sea más sencillo y cercano para todos.
¿Qué características tienen estas familias?

Muchas de ellas están en riesgo de exclusión social, enfrentan dificultades económicas, sociales o familiares que limitan sus oportunidades y acceso a recursos básicos.
A pesar de estas diferencias, lo que todas estas familias tienen en común es la necesidad de apoyo en el ámbito escolar. Muchas veces, los niños, niñas y jóvenes de estas familias enfrentan obstáculos para seguir el ritmo de sus estudios, motivación baja o falta de recursos para estudiar en casa.
Muchas de estas familias necesitan que sus hijos e hijas recuperen la ilusión por los estudios y el aprendizaje. La motivación es clave para que los jóvenes puedan superar las dificultades, seguir adelante y tener una actitud positiva hacia su educación.
¿Con qué frecuencia se imparten?
Los diferentes grupos son repartidos en los tres días a la semana en los que hay clases, lunes, miércoles y viernes, según necesidades y materias a estudiar.
Además un sábado al mes también damos clases de 10 a 13 horas, así como habilidades sociales. Estas habilidades incluyen aspectos como la comunicación, la empatía, la resolución de conflictos y la cooperación, que les ayudan a relacionarse mejor con su entorno y a afrontar diferentes situaciones con mayor confianza.
Actualmente se están preparando nuevas actividades dentro del proyecto. Cuéntanos sobre ello.
Ahora mismo, además de las clases de refuerzo escolar, estamos preparando dos nuevas actividades.

Por una parte, el programa CODI. Un programa sobre herramientas digitales para conseguir que se familiaricen con el mundo digital. Desde sus gustos o intereses, de manera entretenida y dinámica. Actualmente tenemos 19 menores en el proyecto que van a poder disfrutar de este programa. Para ello el equipo docente nos hemos formado durante 30 horas y serán 30 horas también las que recibirá cada niño y niña de manera individual.
La otra actividad que estamos preparando es una aplicación del móvil para trabajar las emociones. Es para menores de entre 13 a 15 años, una edad en la que tienen que afrontar cambios emocionales y poder darles herramientas para ello es muy importante. Trabajaremos las emociones en 6 sesiones individuales para que puedan aprender a encarar esta etapa de manera positiva y enriquecedora.
Pensando en una persona que quiera hacer voluntariado, ¿qué características tendría que tener esta persona?
Una persona que empatice con la infancia, con ganas de ayudar en diferentes materias. Que sea una persona motivada que logre contagiar, no solo a los y las menores, sino también a las familias para que esos niños y niñas sigan con los estudios. Que tengan una continuidad en las clases para que sientan suyo el grupo y poder trabajar aspectos educativos y personales.
En este tiempo, ¿habéis detectado alguna necesidad especial para crear ese vínculo con las familias?
Estamos trabajando para poder crear una rutina de trabajo también con las familias. Creemos que es importante que se impliquen en el apoyo de sus hijos e hijas. Que tomen conciencia de que las propias familias son una parte fundamental en la educación escolar de sus hijos.
¿Cómo lográis esa implicación de las familias?

Lo hacemos creando un vínculo con las familias, una relación de confianza. En su mayoría son las madres las que tienen relación con nosotros. Tenemos contacto semanal con ellas para ver qué necesidades tiene la propia familia y los menores en concreto. Constatar con ellas que el trabajo que hacemos con sus hijos e hijas está dando sus frutos y a la vez que se sientan apoyadas en esta etapa.
Nos gustaría crear un grupo con ellas y poder realizar reuniones donde poner en común problemas e inquietudes que puedan tener. Que creen entre ellas una red de apoyo.
Personalmente, ¿qué te está aportando a ti participar en este proyecto?
Me siento muy agradecida por lo que recibo en este proyecto. Me gusta ayudar a las personas y darles la motivación, transmitirles las ganas por aprender a los niños y niñas me llena por completo. También el trabajar con las madres es una parte que me aporta mucho.
Muchas gracias y mucha suerte con las nuevas actividades.