LA MÚSICA COMO HERRAMIENTA DE TRANSFORMACIÓN SOCIAL EN EL BIME 2024

13.11.2024


BIME, desde su nacimiento hace 10 años, es el encuentro en el que se dan cita en Bilbao las personas que trabajan en el sector de la música y las industrias culturales y creativas. En este congreso se dio un espacio al diálogo con el tema: "La música como herramienta de transformación social", una oportunidad para revisar el camino que la música ha ido trazando para contribuir a la transformación social de países y comunidades que han logrado vehicular cambios políticos y sociales vinculados a la música. Moderados por Begoña Guzman, responsable de cultura de UN Etxea, Lukas López, director de ETORKIZUNA MUSIKATAN (FUTURO-MÚSICA) de la Asociación Norai; Adrian Sabogal, director de Marimbea en Colombia; y Hugo Castro, investigador de etnomusicología en Universidade Nova de Lisboa, presentaron sus proyectos con la música como elemento común para crear comunidad y espacios de oportunidad y convivencia pacífica.

En este marco del BIME 2024, el director de Etorkizuna Musikatan, presentó un inspirador discurso sobre el poder transformador de la música en la vida de aquellos menores en riesgo de exclusión. Durante su intervención destacó el enfoque social de su proyecto, que ofrece formación musical gratuita y oportunidades de práctica colectiva a aquellos en riesgo de exclusión.

Etorkizuna Musikatan tiene como objetivo combatir las desigualdades en el acceso a la educación musical y la cultura en comunidades desfavorecidas. La música se presenta como una herramienta poderosa para promover la inclusión social, la autoestima y el desarrollo personal. A través de orquestas y grupos musicales, el proyecto busca crear un espacio seguro donde los jóvenes puedan fortalecer sus habilidades sociales y emocionales, contribuyendo así a su integración en la comunidad.

En su discurso, Lukas compartió testimonios de los propios participantes, quienes describieron el impacto positivo de la música en sus vidas. "La música da un escape para pensar en mis cosas, o para liberar energía", comentó uno de los jóvenes que forma parte de la orquesta. Otro participante relató cómo, antes de unirse al proyecto, pasaba sus días solo en casa, temeroso de socializar, pero que la orquesta le brindó la oportunidad de hacer nuevos amigos y salir de su aislamiento.

Desde nuestro proyecto se subrayó cómo la práctica colectiva no solo mejora las habilidades musicales, sino que también fortalece la comunicación, la cooperación y el sentido de pertenencia entre los jóvenes. Estos beneficios no se limitan al ámbito individual, sino que tienen un impacto directo en la cohesión social de las comunidades, ayudando a reducir los riesgos de exclusión social y promoviendo una identidad cultural compartida.

Sin embargo, el director también reconoció los desafíos a los que enfrenta el proyecto. La necesidad de más recursos económicos y la necesidad de espacios adecuados para la práctica musical, siguen siendo obstáculos importantes. Además, la diversidad de orígenes de los participantes plantea retos en términos de integración y comunicación. Se reiteró la importancia de la responsabilidad colectiva en la transformación social, señalando que el proyecto no solo busca atender a personas vulnerables, sino fomentar un cambio profundo a nivel local y estatal.

Una de las ideas más destacadas de su intervención fue el concepto del "derecho a la participación cultural". Nuestro director enfatizó que todos los jóvenes, independientemente de su contexto socioeconómico, deben tener garantizado el acceso a la educación musical y la posibilidad de participar activamente en la vida cultural. "El derecho a la participación cultural debe ser un pilar fundamental en cualquier normativa sobre derechos culturales", afirmó, haciendo un llamado a la creación de políticas públicas que promuevan la igualdad de acceso a las artes.

Se concluyó la intervención de Etorkizuna Musikatan recordando las palabras del maestro José Antonio Abreu, creador del Sistema Nacional de Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela: "Un niño que tenga en sus manos un instrumento jamás empuñará un arma". La música tiene la capacidad de transformar no solo a las personas, sino a las sociedades, creando contextos más justos y solidarios.

Con su intervención en el BIME 2024, Lukas dejó claro que la música no solo es un vehículo de expresión artística, sino también un derecho fundamental que puede cambiar vidas, comunidades y, en última instancia, el futuro de la sociedad.